“La Garramancha”
Junto a un camino, entre dos pueblos, existe una iglesia en ruinas de la que, en las noches de frío invierno, salen unos terribles lamentos.
Esta es la historia de la “Garramancha”, una mujer de triste figura, que tenía un ojo tuerto. Marcada por tal desfiguración en su rostro era despreciada por la gente de la comarca. Ella se pasaba las horas sentada delante de una ventana, alguna vez se asomaba y escupía a los chiquillos que pasaban por allí. Cierto día arrojó todos los muebles por la ventana y la gente, creyendo que estaba totalmente loca, la encerró en la torre de la iglesia en ruinas. Un día mis amigos y yo fuimos con las bicis hasta las ruinas. Pedro, mi amigo, fue el único que se atrevió a entrar y dijo que, en la torre, había visto un ojo que le miraba intensamente. Nosotros salimos corriendo.
Mi abuelo dice que si te mira el ojo de la “Garramancha”, tienes que tirarle piedras hasta que lo cierre, si no lo haces aparecerás muerto…
Nosotros no lo sabíamos…
Hoy es jueves. Pedro ha muerto.
Andrés Martínez
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